martes, marzo 24, 2009

La batalla final

Luego de ser estafados nuevamente por un carpintero del delta, que se llevo madera, cobró, nunca entregó nada, lo poco que hizo lo hizo mal, me reconoció que tenía razón para estar enojado pero se escapó y escondió demostrando ser un señor cobarde. Llego la hora de hacer un cambio de rumbo. A esta altura daban ganas de prender fuego a todo, y olvidarse de la idea. Había materiales que esperaban casi un año. Pinturas que habían sido abiertas y no utilizadas, maderas abandonadas por el parque, vidrios comprados que finalmente se habían roto por estar moviéndolos de un lado al otro sin colocarlos. La casa aun no podía cerrarse. No había agua, la luz no estaba terminada, no había cloacas, no había nada que podía darse por terminado.
Así fue que me instale los viernes a la noche hasta los domingos a la tarde, para hacer las cosas, más valía que las hiciera yo, aun con mis errores. Pero resulto que tan mal no salío. Se colocaron todos los vidrios, se termino de colocar un ventanal de metal y se colocó la escalera trasera que permitía el ingreso por este. Se contrato gente para que terminara la instalación de agua, la conexión de todos los desagües, los tanques para el agua servida, los desagües, los inodoros, etc., . Se contrato gente para que despintara las puertas de madera buena que habían sido mal pintadas y terminara con todo lo que habían dejado a medias. Se coloco la cocina, cerraduras, fallebas.
También hubo que achicar gastos, la idea era poder alquilarla en el verano para nivelar las cuentas, dado que no solo no se pudo alquilar sino que hay mas gastos ya que hay que pagar lo que ya habíamos pagado, también hay que olvidarse de tener una lancha y con esto, la facilidad para llevar y traer materiales con las que contábamos.
Pero supongo que esto es parte de esa “iniciativa privada” que algunos no comprenden. Donde uno pone tiempo, plata y esfuerzo sin importar otra cosa que alcanzar un sueño o una idea. Donde no hay límite, y por el cual uno es considerado un loco.
Paso mucho desde el 2004 en el que bajamos sin saber bien que es lo que teníamos. Cinco años largos, en los cuales los fines de semana desaparecieron. Cuando la respuesta de otros era salir acá o allá la de uno era ir a la isla. Tiempo que le robamos a nuestros hijos, fines de semana que tampoco los veíamos como una continuidad de la semana laboral.
Inviernos en los cuales había que ir durante la semana aun de noche para ir y ver que estaban haciendo y ver que faltaba. Promesas incumplidas de gente en la cual se confió.
Hay imágenes que quedan en el recuerdo de uno.
También sentimientos. La impotencia de no poder hacer más. La bronca de ver que el trabajo de uno se esfumo en una semana.
Quedan en el recuerdo los patos, los conejos, los faisanes, las ovejas, las nutrias. Muchos sueños que fueron solo eso. Hoy sabemos también que mañana pueden ser una realidad.
Llega un momento que uno avanza más por tozudez que por ideal, pero sirve. Cuando uno siente que puede alcanzar la meta, es momento de volver a soñar. ¿Por qué?, que es uno, sino un intentar superarse siempre.