lunes, octubre 09, 2006

cronica de un domingo 8

Cuando se desmaleza quedan “tocones”, que son la base de los árboles que se quitan. Los hay muy finitos y otros no tanto, todos tienen algo en común, son muy peligrosos. Cuando se corta con el machete o el hacha, se lo hace en diagonal de arriba hacia abajo, por lo que quedan puntas que con un poco de pasto no se ven. Es facil tropezar con estos o simplemente caerse sobre uno. También impiden que se pueda pasar una cortadora de césped, por que generalmente destruyen las cochillas. Bueno, este fin de semana me dedique a quitarlos con la motosierra, siempre se encuentran alguno que no se vio, pero de apoco, uno va despejando algunas zonas.
Vuelve el calor, así que mochilla al hombro me dedique a fumigar para que las malezas no crezcan en los albardones y se pueda seguir recorriendo el perímetro de la isla. La mochilla con 20lts es algo que pesa, más cuando uno debe caminar unos 200 metros hasta alcanzar el lugar donde se va a fumigar, y más aun, cuando para llega, las botas se hunden casi hasta las rodillas.
Pero con todo, el ver que hay lugares que el pasto bueno empieza a crecer, o que aparentemente todos los árboles han agarrado, o que los pinos, que uno planto en el fondo para que sequen el terreno, se encuentran reverdeciendo, y que pronto empezaran a ayudar en el control de los pastos.
En fin, cuando uno ve que el esfuerzo empieza a rendir sus frutos, el disfrutar un rato, escuchando el viento o contemplando lo hecho, tiene un gusto muy particular, quizás la sal de nuestro cuerpo en el esfuerzo, sea la razón de ese gusto tan especial que se tiene cuando se ve que de apoco, se va avanzando.
No es una lucha, es darle de apoco forma a esa naturaleza tan díscola. Nadie pierde o gana, así como ella se transforma, creo que uno, de apoco y sin darse cuenta , también lo hace.

No hay comentarios.: