Luego de un largo viaje, no hay como regresar a Supiavento y refugiarse del mundo. Una tortilla casera, una porter con el tiempo de maduración adecuado, más una buena compañía son ideales para sentarse a pensar en que otras cosas se pueden hacer, porque como decía Ortega y Gasset, "Tenemos poco dinero: pero ¡Muchas menos ideas!".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario